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POR QUÉ INVESTIGAR Y ESCRIBIR SOBRE

EDUCACIÓN 

 

Se puede identificar un malestar sobre la educación en la sociedad actual, como también lo tuvo la denominada modernidad que se concibe precisamente como una inconformidad hacia la institucionalidad que se había estructurado para este saber superior sobre bases teosóficas, y ahora se estructure desde bases laicizadas (Tarnas R. , 2008). Así el proyecto de una totalización sistemática de los conocimientos, ahora se realiza desde la ciencia (Kant I., 2003), motivada inicialmente desde una epistemología filosófica y posteriormente desde una orientación social política. (Durkheim, 1975). Voces de forma más leve en su incidencia, pero tal vez más agudas y concisas en sus planteamientos, tipifican este malestar y a la vez avizoran, no sin diferencias, un estado deseable y de posibilidad para la educación. Entre estos se puede señalar a autores clásicos como contemporáneos: Aristóteles con su Ética a Nicómaco, Tomás de Aquino con obras como el Comentario a la Ética de Aristóteles y la Suma de Teología; E. Kant con el Conflicto de las facultades; Humboldt y su influencia en la universidad alemana; (Habermas J. , 1982) en su obra Conocimiento e Interés; Gadamer, Verdad y método (Gadamer H. G., 1991); A. MacIntyre Justicia y Racionalidad entre otras (MacIntyre A. , 1994, p. 45); Alain Renaut ¿Qué hacer con la Universidad? (Renaut, 2008); Ronald Barnett con Los límites de las Competencias (Barnett R. , 2001) Francisco Altarejos filosofía de la educación (Altarejos F. , 2003), Carlos Llano, en su obra la idea práctica (2007), Martha Nussbaum, Sin fines de lucro (2011) y el Conocimiento del Amor (2005) entre otros. No es exagerado pensar que el tema de la educación, ha sido desde la denominada época antigua, tema constante de reflexión en diferentes campos. Un texto de la Política de Aristóteles, que tendrá frecuente referencia en adelante, da buen síntoma de esta inquietud: “Cuál debe ser y cómo se ha de educar son temas que no se han de echar en el olvido; porque actualmente se discute sobre ello y no están todos de acuerdo sobre lo que deben aprender los jóvenes, tanto desde el punto de vista de la virtud como de la vida mejor, ni está claro si conviene más atender a la inteligencia o al carácter del alma (…) y no está claro en modo alguno si deben practicarse las disciplinas útiles para la vida o las que tienden a la virtud, o las utilitarias, ya que todas estas posiciones tienen partidarios” (Aristóteles, 2005). La inquietud manifestada por este clásico autor, indica que el tema suscita no solo discusiones sino efectivamente debates y que estos rebasan a la institucionalidad misma del sistema educativo y traslapan al escenario de la política, que es justo el lugar en el que Aristóteles ubicó su abordaje (Renaut, 2008). Hoy se dirá que el escenario ya no es tanto la política sino la economía, por tanto, lo que en un momento se denominó filosofía de la educación, hoy ha de tratarse en franca apertura como filosofía política, como educación y desarrollo, que definiría mejor las tensiones que atraviesan a las prácticas educativas actualmente, que R. Barnett (2001) ubica en las interacciones, intersecciones, encuentros y desencuentros y en las prácticas que se generan entre sociedad, conocimiento y educación superior. Los fenómenos sociales actuales, generan prácticas sociales que tienen una determinada incidencia directa sobre el currículo y la organización del estamento actual de educación superior. Se entiende que las prácticas sociales se insertan en marcos sociales más generales que influyen en la configuración de prácticas específicas . Martín Hopenhayn, y Ernesto Ottone (2000, p. 125) subrayan que ciertas manifestaciones de la globalización afectan las categorías básicas de nuestra percepción de la realidad en cuanto transgrede la relación tiempo - espacio y la reinventa bajo condiciones de aceleración exponencial.

FILOSOFIA 

HISTORIA  

DERECHO  

EDUCACIÓN PARA LA PAZ

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